sábado, 13 de julio de 2013

La sociedad vikinga y su vestimenta



La sociedad vikinga era una sociedad altamente estratificada, según se ha podido certificar a partir de los restos arqueológicos encontrados y de lo extraído por las Sagas y demás fuentes escritas. A la cabeza de cada comunidad había un jefe o jarls, que se apoyaba de una aristocracia que le sustentaba y le proporcionaba hombres para la batalla. Debajo de ellos encontramos a la gran clase media y libre (los carls), compuesta por todos aquellos navegantes, mercaderes, artesanos y agricultores. En el estrato más bajo encontramos a los esclavos o thralls. La riqueza de los poderosos, y también su poder, se basaba en la posesión de tierras, de controlar sus productos y en recibir los impuestos pagados por la gente que las trabajaban. Posteriormente, este poder central también obtedría ingresos de las tasas de mercado. Los reyes y reinas vivían y morían rodeados de lujos y tenían potestad en grandes aspectos de la comunidad. Por otra parte, estaban los hombres libres, la clase media, lo cuales podían llevar armas y participar en el Thing (asamblea de hombres libres para establecer leyes, juzgar disputas...). Los esclavos eran lo más bajo, con un papel importante en la economía y a los que se vendía o se intercambiaba.
Casa vikinga
De la misma manera, la distinción entre hombre-mujer es evidente. Mientras que el hombre estaba destinado a trabajar el campo, en la granja, pescaba, comerciaba y navegaba, la mujer era la que mantenía la casa en orden cuando el marido se encontraba fuera, como cuando en verano salían para participar en las incursiones de saqueo preparadas. Pero aun así contaban con una independencia, libertad y derechos bastante importantes para la época en la que se encontraban. Por ejemplo, podía pedir el divorcio y podían poseer tierras y riquezas tanto estando casadas como solteras. En las casas más ricas, eran los esclavos quienes realizaban estas tareas.

Las distinciones sociales, evidentes como hemos podido observar, se reflejaban a su vez en los distintos tipos de ropajes de hombres y mujeres. El estilo, el corte, las prendas usadas y las insignias que sujetaban las partes del conjunto determinaban claramente el nivel de riqueza y la situación social de cada uno de ellos. Los hombres vestían dos tipos de pantalones, unos rectos y otros bombachos de tipo oriental. Según la temperatura, llevaban en la parte superior un blusón, sobre él un chaquetón y sobre ambos una túnica de lana. En cuanto al atuendo de guerra, es totalmente falso que usasen cascos con cuernos. Lo que usaban era un casco de cuero con refuerzos de metal, si se los podían permitir. Sobre la espada, este era un objeto de lujo, y difícilmente todos podían tener una. Eran más comunes los arcos, lanzas y hachas, herramientas que usaban en su vida diaria y a los cuales podían sacar algún uso en la guerra.
Casco vikingo
Las mujeres llevaban largos vestidos de lino y túnicas de lana, medias de lana y zapatos de piel. Ya que el ropaje no poseía botones o cordones, usaban broches labrados y cinturones donde colgaban utensilios cotidianos como tijeras, cuchillos, piedras de afilar o llaves. La mayor parte de estas prendas eran fabricadas en las propias granjas, gracias  a los  telares que poseían las mujeres en casa.
A esta indumentaria habría que añadirle los objetos para adornar sus cuerpos, como joyas, colgantes, diademas, pulseras,...etc.
 

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